Si te gusta el vinagre y eres de las que le gusta tener siempre botecitos de conservas y cosas ricas para, rápidamente preparar un montadito que acompañe a la cerveza del aperitivo, ¡esta es tu receta!
Es una receta muy sencilla, aunque lleva su tiempo. Lo mejor es que cuando te pongas a hacerlos, hagas bastante cantidad, ya que cubiertos en aceite se guardan estupendamente y podrás consumirlos más adelante.
Aunque Mikel lo explica todo en su web, os cuento algunos trucos que he ido perfeccionado yo de tanto hacerlos. Primero se cortan los calabacines y se salan y se dejan reposar, después se van secando cuidadosamente (este paso es importante) y se fríen en abundante aceite. Y ojo porque, aunque he probado a hacerlo con otras especias, pero si la albahaca y el perejil son frescos, ¡la receta saldrá perfecta!
Aaahh y… ¡cuidado si vas a llevarlos a una cena! Porqué triunfarás y a partir de ese momento quedarás como responsable de los calabacines en vinagre de todo evento social. Nosotras de hecho tenemos hasta un grupo de amigos que se llama el club de los calabacines en vinagre, porque no hay evento que hagamos que no los tengamos que llevar 🙂
¡Los calabacines en vinagre son realmente #epicúreos en nuestra cocina! ¡Disfrutad!
Es una pregunta recurrente en la lista de correo de Amapamu, la Asociación Madrileña de Parto Múltiple (página en Facebook), de la que soy miembro y en la que además de hacer un excelente labor, compartimos una comunidad maravillosa en la que contamos nuestras experiencias como padres y madres de múltiples.
Lo que os decía, que me enrollo, es que es frecuente en la lista que se pregunte por restaurantes donde ir con niños en la sierra de Madrid. Que se acerca el día del Padre, que el tiempo está siendo buenísimo y apetece salir al campo y comer en algún sitio donde los niños puedan correr. Así que os dejo aquí algunas sugerencias y os invito a poner en los comentarios los sitios que conozcáis y que estén chulos para los peques.
– Comer al aire libre, zonas de recreo: Lo más divertido para los niños es comer al aire libre, así que un picnic es una buenísima opción. En la sierra de Madrid hay zonas de picnic por todas partes, en la Barranca (Navacerrada), en Manzanares el Real (a las afueras del pueblo), en la Pedriza, en Canencia, en Rascafría, en la dehesas de Cercedilla, en Boca del Asno, en El Escorial, en Peguerinos, en la Panera…. En todas esas zonas hay áreas de recreo con mesas, aunque con una manta y buen tiempo nos podemos tirar en cualquier parte.
– Restaurante Robertinos. Collado Villalba. 15 euros. Italiano.-
Pero como aquí íbamos a hablar de restaurantes mi mejor opción es el restaurante italiano Robertinos en Collado Villalba. Es un restaurante con terraza que tiene fuera también columpios y dos camas hinchables, y si el tiempo se tuerce y hay que ir dentro, tiene una amplia sala de comedor y dos parques de bolas infantiles dentro. Además tiene el plus de que puedes ver a los niños jugar en las zonas infantiles desde televisiones repartidas por todo el comedor. Sale, más o menos, a 15 euros por persona y hay menú infantil por 10 euros. Conviene reservar en el Tlf 918 519 927.
– Café Factory Cake. Centro Comercial Los Valles (Villalba). 10 euros. Comida mexicana y Sandwiches.-
Otro sitio que recomiendo es el Café Factory Cake en el centro comercial Los Valles (Villalba) que tiene una zona infantil al final del restaurante. Parece una cafetería pero tienen comida mex y sandwiches rico, el menú de niños está muy bien y tienen un trato super agradable. Los camareros son majísimos. Y suelen ser unos 10 euros por persona.
– Venta el Doblo. Soto del Real. 30 euros. Cocina casera.-
En Soto del Real hay un restaurante muy chulo que se llama Venta el Doblao que tiene unas instalaciones enormes con columpios y piscina de bolas dentro para los más pequeños. Cuesta unos 30 euros por persona y es genial para días en los que hace buen tiempo. Es imprescindible reservar.
– Restaurante Horizontal. El Escorial.-
En la lista también han recomendado alguna vez el Restaurante Horizontal en El Escorial que tiene una terraza muy amplia. Yo no he estado nunca. Si vais me decís.
– Restaurante la Cuna. Peralejo.-
También me han recomendado alguna vez el Restaurante La Cuna en Peralejos (en frente de la Cañada Real Open Nature) que tienen especialidad de conejo al ajillo y terraza para que los niños jueguen.
– Restaurante El Pino. Robledo de Chavela.-
En Robledo de Chavela recomiendan El Pino, que está al lado de la plaza y se come de raciones. Dicen que el pescaíto frito está muy bueno. Yo tampoco he estado.
Estos son los que mejor conozco, si conocéis algún sitio chulo en la sierra de Madrid para comer cómodos con los peques, ¡escribidlo en los comentarios! ¡Gracias!
Distancia: 7 km ida y vuelta Tiempo: 3 horas Dificultad: Sencilla (Si la hacéis en invierno preguntad antes de subir en el centro de interpretación si se puede subir sin raquetas) Con peques: ¡Sí! Es una ruta divertida
Amsterdam es una ciudad cosmopolita, loca, de excesos, divertida y cultural. Es la ciudad de los canales, los puentes, los tulipanes, el queso y las bicicletas. Una escapada de fin de semana a la ciudad te permite conocerla bastante bien, de manera general claro, pero es una ciudad pequeña y accesible, así que se puede ver en poco tiempo.
Este fin de semana hicimos una escapada a la ciudad de las despedidas de solteros, nuestro plan totalmente diferente: visitar la ciudad y descubrir algunos museos a los que teníamos muchas ganas.
Llegamos el viernes al medio día a Amsterdam. Para llegar del aeropuerto de Schiphol al centro de la ciudad (Central Station) es muy fácil. Sales del aeropuerto siguiendo los carteles de train, y coges uno a la Central Station. Cuesta 5,70 euros y tarda unos 10 minutos. El viaje ya promete ser fácil, en otras ciudades para llegar al centro hay que dar mil vueltas 🙂
Nosotras nos alojamos en elAmstel Botel,un hotel que es un barco, y lo recomiendo porque hay sido muy buena elección. La habitación doble son unos 80 euros, limpia, con un aseo y ducha. Amsterdam es caro así que no está mal de precio. En esta ciudad no hay que obsesionarse con estar en el centro porque todo está super bien comunicado y la ciudad es pequeña y se recorre con facilidad. Así que este hotel barco es una opción divertida, está al otro lado del canal así que para llegar a la central station hay que coger el ferry, ningún problema, hay muchos y son gratis, y además es divertido ir en el ferry, más si vais con niños. ¿A quién no le hace ilusión dormir en un barco?
Lo primero que hay que hacer en Amsterdam es alquilar unas bicis, en todos los hoteles y albergues suelen tener, nosotras las alquilamos en el hotel mismo, nos costó 15 euros para 24 horas. Una buena elección si quieres recorrer la ciudad de forma fácil. Que no eres «bicicletero», que no has montado en bici en ninguna ciudad en tu vida, ¡no pasa nada! La ciudad está totalmente preparada para las bicis, es divertido y una buena idea para optimizar el tiempo. Se aparcan en cualquier parte, y llevan el candado incorporado, de verdad que es muy fácil.
Viernes: Plaza Dam y Barrio rojo
Arreglados todos los temas de logística generales, trenes, desplazamientos y hotel ya casi eran las 16 de la tarde. Así que el viernes aprovechamos para llegar a la estación central, puerta por la que empieza la ciudad, e ir con las bicis hasta la plaza Dam. La Plaza Dam es el lugar en torno al cual fue creada la ciudad y se encuentra rodeada de monumentos y edificios históricos, entre los que destacan el Monumento Nacional y el Palacio Real. Tenéis más info en la página Disfruta Amsterdam. Y después dimos una vuelta por elBarrio Rojo, donde está el centro neurálgico de coffee shops y también están las vitrinas de prostitución. El viernes cenamos en un restaurante chino flotante, que estuvo bien pero demasiado turístico. Se llamaSea Palace. Hay que saber qué pedir, así que si te decides a ir mira las mesas vecinas y señala lo que te gusta, que sino puede ser un desastre.
Sábado: Museo Van Gogh, Leidseplein, Voldepark, Spui y Bejijnhof
El sábado fue el día loco de verlo todo. Empezamos la mañana en el Museo Van Gogh, ¡impresionante! Absolutamente recomendable. Cuesta 15 euros por persona, los niños menos, y la audioguía (imprescidible) son 5 euros, así que es caro pero merece la pena. ¡No os lo podéis perder!
Después cogimos nuestras bicis y seguimos recorriendo la ciudad, el mercado de quesos voldemark, el mercado de las flores, y paramos a tomar una cerveza en la plaza Leidseplein, donde disfrutamos de los artistas callejeros y de la cerveza local. El parque Voldepark fue nuestro siguiente objetivo, así que para allá que fuimos. Es un parque enorme, llego de lagos, cisnes, árboles preciosos y parques infantiles. Muy recomendable si se viaja con niños, y más si vas en bicicleta porque lo puedes recorrer fácilmente e incluso tirarte en la hierba a disfrutar del día.
Tras un descanso en Voldepark seguimos hacia la Plaza Spui, interesante lugar donde hay muchas librerías y mercadillos de arte. Imprescindible pasar por allí y disfrutar del ambiente. Y pegada a la plaza está el vecindario Begijnhof, donde se puede ver la casa más antigua de Amsterdam construida en madera y una iglesia clandestina, que parecen dos casa pegadas y según entras descubres la inglesa (Engelse Kerk).
Y para rematar el sábado hicimos un paseo en barco por los canales con cena incluida. Muy bonito y la cena rica. Comida típica holandesa regada con buenos caldos, y las vistas de la ciudad nocturna bajo los canales fue el broche final de un día inolvidable. Nosotras lo hicimos con Holland International y nos encantó pero hay otras compañías que hacen este tipo de cenas mientras se recorre en barco los canales.
Domingo: Casa de Anne Frank
Para el domingo decidimos centrar todos nuestros esfuerzos en visitar la casa de Anne Frank, y es que no es tan fácil como parece. Lo mejor es comprar las entradas online en la web pero hay que hacerlo con mucha antelación porque se acaban rápido. Así que si no tienes, como nos pasó a nosotras, prepárate para aguantar una cola de hora y media o dos horas. Así que el domingo madrugamos y llegamos media hora antes de que abrieran y pudimos entrar en poco tiempo.
La casa de Anne Frank, donde estuvo 2 años oculta junto a su familia y otra familia de judíos amigos, es impresionante. El museo es muy vivencial y te va llevando por las estancias, contándote sus historias y hay momentos que hasta sientes el horror de vivir metido en un espacio cerrado, con miedo, esperando a que llegaran los víveres de fuera. No dejéis de visitarlo, ¡merece la pena!
Importante saber que no se pueden llevar ni mochilas, ni maletas y que no hay consignas, tampoco carritos de bebé (pero se pueden dejar en la entrada). Cuesta 9 euros y si no has leído el diario de Ana Frank lo tienes en la tienda en todos los idiomas 🙂
El resto del domingo lo dedicamos a pasear y disfrutar de la ciudad, de los canales, las cervezas y las bicis y de un sol espléndido que nos ha sonreído durante todo el fin de semana. ¡Ahh! y para comer hamburguesas ricas en la ciudad os recomendamos el Zaken Burguer en el barrio rojo (también tienen hamburguesa vegetariana 🙂
Esperamos que esta información os sirva, familias y parejas disfrutonas, para planificar un finde de escapada en Amsterdam, con o … ¡sin vuestros peques!
Nadia González (@Nadianit) y Rakel Muñoz (@RakelMunoz)
Si hace buen día y nos apetece hacer algo divertido y solidario con los niños, Burrolandia es una buena opción para la mañana de los domingos. Los burros son los protagonistas inequívocos en la Asociación de amigos del burro que posee unas instalaciones en Tres Cantos, que solo abren el último día de la semana.
El objetivo de la entidad es proteger a los asnos de la extinción y que su calidad de vida sea lo mejor posible. Nosotras ya hemos ido a Burrolandia varios domingo, a las niñas les encanta y solo tienes que planificarlo un poco antes para ir lleno de zanahorias y comida para los burritos, aunque si improvisas allí venden comida para que les puedas dar.
Las instalaciones son todas al aire libre y os recomiendo ir con gorra y protección si hace calor o bien abrigados si hace frío. La entrada es gratuita y dentro puedes colaborar, si quieres, con un donativo. Además tienen una cafetería donde venden comida, hacen parrilladas y bebida y también productos de merchandising relacionados con los burros.
Un carro tirado por dos burros lleva a los niños a dar una vuelta por la explanada y esto sí que cuesta 3 euros por niño, todo lo recaudado se utiliza para la conservación de las instalaciones y cuidado de los animales. También en el recinto se puede visitar la casa del burro donde se ven aperos de labranza, arneses tradicionales y objetos de la vida rural. En la finca, además de muchos burros de distintas razas hay ovejas, cabras, ocas, cerdos y algún que otro animal más, y ¡¡algunos están sueltos!! Así que cuando vayas con tu bolsa de zanahorias mira por la espalda que igual un burrito te la quita sin darte cuenta. Una de mis mellizas lo pasa fatal con los burros sueltos y es la guardiana de avisar si viene uno 🙂
Abren a las 10.30 y cierra a las 14,30 h, mi recomendación es que vayáis pronto. Recorrer las instalaciones y verlo todo puede ser, como mucho, una hora, así que es mejor ir pronto y salir pronto porque a última hora de la mañana se organiza una caravana de coches horrible y es difícil salir, ya que el acceso es por una carretera de tierra de una sola dirección.
La localización está en la web, es en Tres Cantos en dirección al castillo de Soto de Viñuelas aunque lo mejor es poner el maps con los números exactos porque las referencias son complicadas.
Un plan divertido y dominguero que repetirás seguro, porque a los niños les encanta dar de comer a los animales y disfrutar de estar cerca de ellos. ¡A disfrutar!
¿Es un canelón? o ¿es una empanadilla? La verdad es que no sabemos muy bien cómo llamar a esta receta, las peques le llaman rollitos de salchichas, y además de que les encantan, esta vez han sido ellas las que nos han enseñado la receta a nosotras.
En el cole hacen todas las semanas un taller de cocina, y esperan a que llegue le día con auténtica ilusión…así que esta tarde han decidido enseñarnos a cocinar y, delantales abrochados, hemos hecho toda la receta guiada por mis #lokasdelavida.
Las abejas son apasionantes. Tan pequeñas y tan importantes para el medio ambiente. Sabemos que sin ellas no podríamos comer muchas de las frutas y verduras que consumimos habitualmente y que su organización y forma de vida es increíble, mágica y perfecta.
Así que cuando nos enteramos de que había en Colmenarejo, muy cerca de casa, un centro de interpretación de las abejas no tardamos mucho en organizar la escapada. Y la verdad es que fue una visita increíble, las niñas disfrutaron un montón y nosotras también.
Javier Pérez es un amante fiel de estos pequeños insectos, y fue él mismo el que nos explicó el centro, y fuimos recorriendo, de su mano, los panales y los diferentes modelos durante la historia, la técnica para sacar la miel, estuvimos buscando a la abeja reina en un panal de verdad, y las vimos en libertad en unas colmenas impresionantes que tiene en el aula. Descubrimos la función de la reina, y los zánganos y las obreras, y que unos sin otros se rompía el equilibrio. Aprendimos de la perfección de la naturaleza viéndolo con nuestro propios ojos.
Con un audiovisual muy interesante y fichas didácticas todos los peques disfrutaron de lo lindo y aprendimos todos, los mayores también, un montón sobre las abejas.
Hace poco me enteré que se había cerrado el centro de Colmenarejo y que Javier continua haciendo este trabajo de divulgación y conocimiento de las abejas en el Aula Museo de las Abejas del Valle en Ávila, así que si tenéis previsto pasar por allí, no os olvidéis de visitarles, es realmente increíble.
¿Alguna vez has oído cantar a miles de grullas a la vez? ¿Las has visto volar en bandadas? ¿Las has visto viajar juntas, en ese desorden ordenado propio de la sabia naturaleza? ¿No? pues yo tampoco hasta este fin de semana pasado que hemos viajado a Gallocanta (localización maps).
La Pedriza (Manzanares el Real) es una lugar de ensueño en la sierra madrileña, sus rocas pulidas y redondedas nunca dejan de sorprendernos y…aunque caminamos por ella, una y otra vez, nunca dejamos de maravillarnos con sus recovecos.
Subir a la nieve de la sierra madrileña con las peques el fin de semana es una auténtica locura. Las caravanas de coches se ven desde mi casa y eso que vivo en Becerril y estoy lejos de la carretera. O madrugáis un montón y llegáis antes de que cierren el aparcamiento del puerto de Navacerrada o el finde blanco, que habíais planeado con ilusión, se puede convertir en un finde negro de asfalto.