Karpín Abentura (sí se escribe con b que está en euskera) en Bizkaia no es un zoo es un Centro de acogida de la fauna silvestre procedentes de decomisos por tráfico ilegal, mascotas abandonadas, fauna autóctona irrecuperable que llegan de centros de recuperación y otros orígenes similares. En Karpin Abentura no se crían animales, por lo que la misión que tienen es acogerlos y asegurarles una vida digna.
Nosotras intentamos no visitar zoológicos, especialmente si los animales están en malas condiciones, por eso la filosofía de Karpín nos encantó y disfrutamos muchísimo de la visita. Las instalaciones son alucinantes, y los animales viven en una finca centenaria de 20 hectáreas, desde las que se divisa uno de los valles más espectaculares de la geografía vasca.
Karpín es un refugio privilegiado para más de 55 especies diferente. En la visita hay también un parque jurásico, en una zona de bosque cerrado, que nos llevará hasta la era jurásica y a conocer los animales que poblaron el planeta tras la desaparición de los dinosaurios.
Dentro tiene restaurantes y un parque infantil chulísimo, los restaurantes estaban cerrados porque nosotras fuimos en invierno, pero entiendo que en verano estarán abiertos. Hay baños y fuentes de agua en todo el recorrido, que se hace a pie y es perfectamente transitable con carritos de bebé. El coche se aparca fuera en un parking y el recorrido se hace andando. Aunque hay restaurantes se puede comer también de picnic sin problema, hay muchos bancos en el recorrido. La entrada cuesta 6 euros peques y 10 adultos y la visita son unas dos horas y media, viendo primero a los animales y luego a los dinosaurios, que es la ruta que recomiendan. A las niñas les encantó, hay muchísimos animales, y en las jaulas te pone si están heridos, o son mascotas abandonadas. Nos sirvió para contarles lo importante de no tener animales salvajes como animales domésticos y fue, la verdad, muy bonito.
La parte de los dinosaurios, que yo pensé que nos iba a gustar menos, tiene su gracia porque se mueven cuando pasas y te dan buenos sustos y además están muy bien camuflados entre los árboles. Las niñas se lo pasaron bomba corriendo entre los dinosaurios. La verdad es que es un planazo disfrutón y una forma de colaborar con proyectos que merecen la pena.
Tenéis toda la info en su web
¡A disfrutar!