¿Alguna vez has oído cantar a miles de grullas a la vez? ¿Las has visto volar en bandadas? ¿Las has visto viajar juntas, en ese desorden ordenado propio de la sabia naturaleza? ¿No? pues yo tampoco hasta este fin de semana pasado que hemos viajado a Gallocanta (localización maps).
Gallocanta es una reserva natural que se encuentra en Zaragoza y es una visita completamente imprescindible con y sin peques, pero es muy divertido ir con niños. Nosotras elegimos alojarnos en el mismo pueblo de Gallocanta que tiene algunas casas rurales y también un albergue, que está muy bien (con habitaciones para familias). Hay alojamientos interesantes también en algunos pueblos más grandes que están muy cerca, como Daroca o Calamocha.
La época del año mejor para ir a Gallocanta es el invierno que es cuando la población de grullas es más alta. En los centros de información tienen el censo de grullas y las estadísticas dice que diciembre y enero son los mejores meses. A finales de febrero ya las grullas siguen su emigración y la laguna se queda con una población más reducida. Nosotras estuvimos el fin de semana del 14-15 de febrero y habia una población de unas 20.000 grullas, que está bastante bien.
Mi recomendación es que vayáis a los centros de interpretación de la laguna, nosotras visitamos dos, uno en el mismo municipio de Gallocanta y otro en la carretera de Bello a Tornos. Junto a la caseta donde está el centro de interpretación de Bello es donde se puede ver salir a las grullas de la laguna al amanecer. A las 7.30 h de la mañana ya estábamos todas, ataviadas con nuestros prismáticos, y bien abrigadas, para ver a las grullas salir a comer a los campos de cultivo que rodean la laguna…creo que no se puede contar con palabras lo que se siente…hay que vivirlo.
Os recomiendo también que hagáis la ruta en coche alrededor de la laguna, hay vueltas guiadas que son gratuitas y salen de los distintos centros de interpretación, a nosotras nos guió Joaquín, un biólogo super majo que nos explicó todo genial, y que llevaba un telescopio que nos permitió ver a las grullas muy de cerca.
Para cenar rico hay varios sitios en Daroca, nosotras estuvimos en una casa rural, que para las niñas es más divertido y nos organizamos mejor con las comidas, y una noche cenamos en un restaurante de Daroca que no nos gustó demasiado.
Solo con ir a los centros de interpretación, madrugar para ver las grullas salir, y esperarlas a la puesta de sol para verlas volver a la laguna y hacer la ruta con el coche alrededor, ya el fin de semana está completo. La zona es preciosa, los amaneceres y atardeceres son de ensueño.
Apuntadlo como un «must» en vuestros planes con pekes, ¡mis #lokasdelavida disfrutaron de lo lindo!