Marruecos 1: Marrakech, el encanto de la locura

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Mercados de la medina de Marrakech
Mercados de la medina de Marrakech

La ciudad imperial de Marrakech es una de las cuatro ciudades más importantes de Marruecos, tiene millón y medio de habitantes y es una auténtica locura. La ciudad vieja se organiza en torno a la inmensa medina, de calles tortuosas y oscuras, repletas de comercios y de comerciantes que te gritan para que compres algo en sus tiendas. “Mi armaaaa, mi armaaaa, españolas…chiquilla…baratoooo” será lo que oigas a todas horas mientras recorres la medina.

Plaza Jamaa el Fna (Marrakech)
Plaza Jamaa el Fna (Marrakech)

Para mi es una ciudad que hay que tomarse con calma, porque sino al final sólo querrás salir corriendo, especialmente si vienes del desierto, como nos pasó a nosotras, donde has vivido en la calma más absoluta. Marrakech es, sobre todo, su plaza principal, llamada Jamaa el Fna, una de las más concurridas de África y del mundo, así que os podéis imaginar el jaleo. En su interior podréis encontrar acróbatas, mujeres que pintan las manos con henna, encantadores de serpientes, un dentista que saca los dientes y los tiene ahí de exposición :-), malabaristas y de todo lo que te puedas imaginar.

Es una plaza estresante, llena también de calesas de caballos que te preguntarán constantemente si quieres dar una vuelta. De esta gran plaza principal salen las calles de la medina, repletas de comercios, donde se puede encontrar casi de todo, y por la que te perderás seguro. Si es así, las posibilidades de volver tu solo hasta la plaza son casi imposibles, así que déjate llevar por alguien te diga que ayuda y dale unas monedas, es más fácil que resistirse y pasarse el día dando vueltas.

Comiendo en los puestos callejeros
Comiendo en los puestos callejeros

Pero sigamos con la plaza, cuando cae la noche se montan puestos ambulantes de comida con sus comerciales diciéndote, en todos los idiomas, que te sientes a tomar algo. Y de repente desaparecen los encantadores de serpientes y estás en medio de un restaurante al aire libre. En los puestos podrás degustar, con cucharas de madera, la típica sopa marroquí que se llama harira, la más rica en el puesto número 5, también el famoso tajín (de carne o pescado) con verduras, por supuesto el famoso té a la menta e incluso hay un puesto todo de pescado que está muy rico (puesto 92). No falta el cus cus y las brochetas a la parrilla (las mejores en el puesto 32). Cada puesto tiene un número y así puedes recordarlo si vuelves otro día, nosotras probamos en varios y son todos muy similares. Mi recomendación es comer con las manos, disfrutar del bullicio y de los precios, se puede comer un poco de todo en varios puestos, por 40 dirhams (4 euros) y después acabar la comida con un rico zumo en los puestos de zumo que también hay en la plaza.

Haciendo la sopa marroquí, harira, en el puesto número 5
Haciendo la sopa marroquí, harira, en el puesto número 5 de la plaza Jaama

Muy cerca de la plaza está la mezquita Kutubia, que es famosa por su minarete de base cuadrada, que hizo construir Yacoub el Mansour a fines del siglo XII, es un calco de nuestra Giralda de Sevilla, ya que fue el molde para hacerla. La torre es el edificio más alto de Marrakech y con sus 77 metros de altura domina la Medina, pudiéndose ver a distancia cuando se llega a la ciudad y desde casi toda ella, así que es un buen punto de referencia si te pierdes por la medina.

Plaza de la Kutubia (Marrakech)
Plaza de la Kutubia (Marrakech)

Marrakech no es una ciudad de grandes monumentos, ni mezquitas que quitan el hipo, como en Turquía, pero tiene algunos edificios preciosos que merece la pena visitar. Nuestro primer día en Marrakech visitamos la Madraza de Ben Youssef, escuela coránica fundada en el siglo XIV y que ha estado funcionando hasta los años sesenta. El patio es impresionante, decorado con estuco y madera de cedro con un precioso estanque en el medio. Se pueden visitar las habitaciones de los estudiantes y la sala de oraciones. Es un sitio que impresiona, os lo recomiendo.

Madraza de Ben Youssef (Marrakech)
Madraza de Ben Youssef (Marrakech)

Después de la Madraza nos perdimos un poco por la medina, hasta que un majísimo marroquí nos devolvió a la plaza principal, es inevitable, así que mejor dejarse llevar. Después visitamos la tumbas saudíes, ¡impresionantes! Fueron las tumbas sagradas de los sultanes y se encuentran justo a lado del Palacio Real, en la Medina. Durante siglos fueron el secreto mejor guardado de la ciudad hasta que fueron descubiertas. Para entrar hay que introducirse en una callejuela escondida que lleva a una minúscula puerta en arco, que después da acceso a un impresionante patio donde están las tumbas. Es uno de los lugares más visitados de la ciudad y merece la pena verlas.

Tumbas saudíes (Marrakech)
Tumbas saudíes (Marrakech)

Siguiendo nuestro recorrido por la ciudad, después nos fuimos al palacio Badi, completamente en ruinas al que se accede por un escalera que baja hacia lo que fueron las celdas del palacio. Se edificó con gran lujo en la segunda mitad del siglo XVI durante el reinado del sultán Ahmed el Mansour. Las paredes y los techos estaban recubiertos de oro. Hoy, la grandeza del pasado se debe imaginar caminando entre imponentes ruinas. El patio principal es un inmenso espacio vacío delimitado por imponentes bastiones perforados, donde destacan los nidos de las cigüeñas. Destaca el gran estanque central, y pasando el patio se puede observar una silla de madera de gran belleza que merece la pena conocer.

Palacio Badí (Marrakech)
Palacio Badí (Marrakech)

Y siguiendo la ruta de los palacios fuimos después al Palacio de la Bahía, que está situado en el lado norte de Mellah, el antiguo barrio judío. Fue mandado construir a fines del siglo XIX por un visir de la corte real. Gordito y pati corto no quiso escaleras ni plantas superiores, así que todo el palacio está en una sola planta.Es un palacio precioso, con más de 150 habitaciones, donde vivían las 24 concubinas del visir y sus 4 esposas. Los techos son increíbles, nos hartamos de mirar para arriba, y están en perfecto estado. Destacan en este palacio también los patios y jardines llenos de fuentes y flores son un lugar genial para descansar del bullicio de las calles marroquíes.

Palacio de la Bahía (Marrakech)
Palacio de la Bahía (Marrakech)

Para mi esto es lo principal de la ciudad, y lo que nosotras visitamos, después lo mejor es meterte en la medina y disfrutar del bullicio, del mercado de las especies, el de cueros y de la locura. Entre lo que parece el caso más absoluto hay un orden real, y los comerciantes se dividen por temáticas. Hay que armarse de paciencia, aprender a regatear, disfrutar del bullicio y quitarse agobios y después siempre quedan las cafeterías con vistas a la plaza Jamaa el Fna donde tomar algo, leer un rato y disfrutar de la medina desde arriba.

Comer en la ciudad es súper barato y hay montones de puestos callejeros donde todo está rico y restaurantes para turistas, para los que os de agobio comer en la calle. Para dormir os recomiendo alojaros en algún riad de la medina, son edificios antiguos rehabilitados que por fuera parecen en ruinas y por dentro son palacios, mejor en la medina, que en la ciudad nueva, que está más alejada del centro histórico. Nosotras nos alojamos en el Riad Al Rimal , muy bien situado, con jazuzzi en la terraza (que disfrutamos en pleno enero) y el trato es estupendo y los desayunos son increíbles. Pero hay muchos riads muy interesantes y a muy buen precio.

Enero en el jacuzzi de la terraza del Riad al Rimal
Enero en el jacuzzi de la terraza del Riad al Rimal

¿Es posible viajar con niños a Marrakech? Por supuesto, seguramente no será la parte del viaje que más les guste, y preferirán el desierto, pero es una visita obligada y divertida para ellos. Mi recomendación, después de haber visitado la ciudad, es que Marrakech con dos días es suficiente porque recorriendo su medina, aprendiendo la locura de sus calles, y visitando lo que os he comentado en el post ya tenéis suficiente bullicio para una temporadita.

¡A disfrutar!
El viaje a Marruecos tienes 3 post:
Marruecos 1: Marrakech, la locura tiene su encanto
Marruecos 2: La magia del desierto del Sáhara
Marruecos 3: Essaouira, la joya del atlántico marroquí

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