Pedraza es una localidad preciosa de Segovia que te hace soñar con esos pueblos medievales, de suelos empedrados, en los que los caballeros entraban a lomos de sus caballos después de haber vivido grandes aventuras. Es una placer recorrer sus calles y disfrutar de perderse en sus rincones.
El castillo de Pedraza está bien, aunque no es de mis favoritos. Dentro lo más destacado es el patio de armas, y aunque no tiene zonas de vivienda palaciegas, tiene una exposición de Zuloaga. Cuesta 6 euros y toda la información está en su web. Si os gusto Zuloaga y os apetece la exposión merece la pena entrar, sino mejor ir a otros sitios de la villa con más contenido.
La plaza de Pedraza también es preciosa, así como las calles y su iglesia, en donde se mantiene una armonía que hace de este pueblo un lugar de gran belleza. Con las peques siempre jugamos a encontrar todos los escudos caminando por la calle, y se lo pasan bomba buscando escudos, que hay muchísimos.
Una vez al año en Pedraza se celebra la noche de las velas, en la que el pueblo se adorna con miles de velas a comienzos del mes de julio. Se apagan las luces públicas y las velas se convierten en las protagonistas de calles y plazas, donde se dibujan formas con las pequeñas luces.
La última vez que estuvimos en Pedraza visitamos también la Cárcel de la Villa, que nos encantó. Está situada justo al principio del pueblo, después de pasar la puerta de la Villa, también impresionante. La visita guiada a la cárcel cuesta 3 euros, solo para mayores de 6 años, y se visitan los aposentos del carcelero, unas celdas de madera que se usaban de castigo para delincuentes comunes y delitos menores (robos, problemas de lindes…), en esas celdas entraban unas 15-20 personas y se les castigaba con la oscuridad durante algunos días.
También se visitan las mazmorras, donde mis hijas vieron hasta un dragón, y al final se visita también una última sala donde se retenían por los pies a los presos y la sala de carceleros. La verdad es que es una visita corta, de unos 30 minutos, amena para hacer con los niños e interesante. La chica que nos hizo la visita fue súper agradable y nos lo explicó todo muy bien.
No os vayáis de Pedraza sin comprar un pan artesanal hecho con masas madre en la Tahona del pueblo, ¡están buenísimos!
Pedraza es uno de nuestro paraísos cercanos, ya que está tan solo a una hora de nuestra casa, al que volveremos sin duda. ¡A disfrutar!