Bélgica tiene fama de ser un país con poco encanto turístico, o por lo menos esa imagen tenía yo, será porque he viajado muchas veces a Bruselas y la ciudad no tiene mucho encanto, salvo el centro histórico…pero tiene rincones de gran belleza y ciudad preciosas, en las que disfrutar solo de observar y pasear por sus rincones y sus calles.
Brujas es una de esas ciudad que no te puedes perder, si decides haces una escapada al país de los chocolates, los gofres y los mejillones. Recorrer las calles de Brujas es como volver al medievo. Está situada a 90 kilómetros de la capital Bruselas y su nombre proviene del noruego antiguo «Bryggia» que significa puente. Le va como anillo al dedo porque esta ciudad está llena de puentes.
Lo más bonito de la ciudad y por lo que recibe tantos turistas al año es su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000, que es impresionante porque mantiene intactas las estructuras arquitectónicas medievales, siendo conocida como «la Venecia del norte», debido a la gran cantidad de canales que atraviesan la ciudad.
No te vayas de Brujas sin visitar el Grote Markt, la plaza Mayor, la plaza Burg, Rozenhoedkaai, el Museo Groeningemuseum (con obras de Jan van Eyck o Hugo van der Goes entre otros…), la Iglesia Onze-Lieve Vrouwekerk es una sobria iglesia del s.XIII que alberga una estatua de la virgen con el niño de Miguel Ángel, el puente de los amantes y sin pasear por Begijnhof, donde encontrarás el Lago del Amor.
Muy cerca de Brujas está Gante, que actualmente es la ciudad flamenca con mayor número de edificios históricos, tiene además una intensa vida cultural y está muy cerca también de Bruselas.
No te vayas de Gante sin visitar el impresionante Castillo de los Condes de Flandes (Gravensteen) ubicado en pleno centro de la ciudad y que se puede visitar por dentro. Impresionante también La Torre del Campanario (Belfort). Nos encantó el Muelle de las Hierbas (Graslei) un lugar mágico en la ciudad repleto de bares terrazas y vida. Muy bonita también la Catedral de San Bavón y el Ayuntamiento de Gante.
Dos ciudades muy bonitas para maravillarse paseándolas y viviéndolas, recorres su canales, disfrutar de sus plazas, entrar por sus recovecos y pasadizos te traslada hasta el mundo medieval. Son ciudades para disfrutar con el sentido de la vida ¡A disfrutar!
